28. Investigación
"La palabra investigar es muy similar a indagar, en el sentido de seguir la pista de algo. Vestigium se refería a la planta o suela del pie, a la marca que dejaba el pie en la tierra, y después a la indicación de que alguien había caminado por allí.
La palabra "vestigio" también nos llega de vestigium. Es una indicación de una pista. Aparte de significar "huella", puede significar "ruinas", como en la frase "los vestigios de Babilonia", y de ahí también puede significar "el principio de la verdad". Entonces cuando uno está "investigando", uno está 'revisando huellas para encontrar la verdad'."
Escribo sobre la semana 28 en plena semana 29. Hoy es miércoles 20 de julio, día del amigo, elegido por conmemorarse el momento en que la humanidad llegó a la luna (acabo de hacer un esfuerzo lingüístico para salir de la costumbre que arma la frase con la palabra "hombre", ya me retaron hoy con razón. Aunque es obvio que la mujer ES la luna).
Por primera vez en el año falté a esta cita (conmigo misma) en el domingo de cierre (o el lunes a la madrugada como máximo). ¿La razón? Haberme encontrado (conmigo misma) en otro ámbito que no es el web. Como si este blog se hubiera expandido. Porque ahora entiendo que lo que estoy haciendo desde el 1° de enero es investigarme, revisitar mis huellas y ruinas, para encontrar la verdad. La mía, claro. Dinámica por cierto, con seguridad. Amorosa. Caleidoscópica.
Mientras escribo sobre la palabra 28 pende sobre mí la 29. Mejor dicho, escribo la 28 DURANTE el tiempo asignado a la 29. Que es más que una palabra (una de esas parrafadas que me salieron de manera automática al armar la lista de un tirón. Hablando de la lista, a esta altura siento, no, a esta altura estoy segura que es profética). A la semana 29 le corresponde "Constancia/Constant Craving/Perseverancia". ¿No es justamente el revisitar las propias huellas una de las mejores maneras de dar cuenta de nuestra constancia, de la perseverancia de nuestro deseo? Y en este momento cuando digo deseo prácticamente digo vida. Así de amplio, así de radiante.
Claro que puede ser doloroso, y mucho. Lo es. De ahí la elección de la ilustración que encabeza este post. Lo cierto es que mi territorio tiene zonas inhóspitas, pero también cuenta con presencias ineludibles, amorosas, encargadas de sostenerme el pelo mientras vomito verdades a fuerza de shocks epifánicos. Eso es una bendición. Feliz día a esas constantes en mi vida, están laburando a full.
Es interesante ver en medio de esta cosa semipública que constituye la red, más el costado vulnerabilísimo que provoca abrirse a elaborar unas Blogorias como estas, que lo íntimo es íntimo. Y sanseacabó. No importa cuánto abramos, o mejor aún, más abrimos, más se profundiza nuestra intimidad.
Sé que es un aporte módico en lo que a extensión respecta, pero creo que este es un post bisagra. No lo sé a modo literario, lo sé porque se transforma en una huella testigo de las huellas de lo vivido. Aquí queda a mano para revisitar cuando sea necesario. Para investigarme.
Cuatro párrafos de la punta del iceberg de una crisis pampa no dicen nada, pero dicen todo. Ningún Titanic se chocará con ellos. Este hielo, este vómito de flores quizás resuene en alguna otra (definitivamente todo esto es femenino). Y se sienta como una compañía. Lo digo a partir de la escritura, porque es obvio que así es en el proceso de la vida (que la incluye pero la excede).
Lo digo mientras junto fuerzas para sostener los pelos que hagan falta, que para eso estoy, que a eso he venido, pero necesito primero el espacio de recuperarme.
Porque mi vómito es mío.
Y mis flores también lo son.